jueves, 4 de septiembre de 2008
Vale la pena conocer al enemigo... entre otras cosas por la posibilidad de que algún día se convierta en un amigo.
El mejor regalo que podemos darle a otra persona es nuestra atención íntegra.
Tener un enemigo común no es buena base para una amistad verdadera.
La amistad es el amor, pero sin sus alas.
La verdadera amistad es planta de lento crecimiento que debe sufrir y vencer los embates del infortunio antes de que sus frutos lleguen a completa madurez.
El mejor regalo que podemos darle a otra persona es nuestra atención íntegra.
Tener un enemigo común no es buena base para una amistad verdadera.
La amistad es el amor, pero sin sus alas.
La verdadera amistad es planta de lento crecimiento que debe sufrir y vencer los embates del infortunio antes de que sus frutos lleguen a completa madurez.